[PARA DISPOSITIVOS MOVILES PUEDES IR AL FINAL DE ESTA PÁGINA Y ACTIVAR LA FUNCIÓN «VER SITIO COMPLETO» PARA SALIR DEL MODO LECTOR Y TENER VISUALIZACIÓN COMPLETA]

Autor: Manuel Velásquez, Psicólogo Clínico – Consultor Empresarial
La Salud Mental en el entorno laboral no es un tema nuevo para muchas empresas, desde hace un tiempo se habla de estrés laboral, mobbing(acoso laboral), comunicación asertiva, liderazgo positivo, etc. Algunas empresas han incorporado estrategias, definidas desde la psicología industrial organizacional, enfocadas en promover la Salud Mental a nivel ocupacional, esparcimiento y reducción del estrés laboral para su capital humano. Sin embargo, en la actualidad surge la pregunta ¿estas acciones son suficientes en tiempos del COVID19?, la respuesta es: no.
Los transtornos por depresión y por ansiedad cuestan a la economía mundial US$1 billón anual en pérdida de productividad
Estamos frete a una crisis mundial que impactara considerablemente a la sociedad, las familias, las personas y obviamente a las empresas. Frente a la crisis sanitaria mundial no basta con los aspectos que la psicología organizacional abarca, se hace necesario recurrir a acciones desde la psicología clínica que permitan mantener y promover la salud mental en tanto a sostener la moral, la motivación y la productividad de nuestros colaboradores en tiempos adversos.
En la actualidad, según la Organización Mundial de la Salud, se estima que en el mundo hay alrededor de 264 millones de personas que padecen depresión, una de las principales razones de discapacidad laboral en cuanto a que limita la funcionalidad de las personas. Regularmente esta afección se relaciona también con cuadros de ansiedad en sus diferentes manifestaciones. Un estudio reciente de la OMS determinó que los trastornos por depresión y por ansiedad cuestan a la economía mundial US$ 1 billón anual en pérdida de productividad.

Estamos frente a una realidad inédita para la humanidad. El impacto de esta crisis, por sus alcances, no es comparable sino con las guerras globales. El mundo empresarial está hoy enfocado y preocupado por el impacto económico, en las medidas que los gobiernos están tomando para paliar los efectos económicos de la pandemia; están recreando sus estrategias de producción, distribución y comercialización, pero muy probablemente están olvidado un pilar fundamental del negocio: las personas. Cuanto mucho están enfocadas en garantizar medidas de higiene necesarias para evitar el contagio y la propagación.
En la mayoría de los casos las empresas están dejando de lado las acciones preventivas y de intervención en Salud Mental, principalmente dirigidas a los colaboradores más esenciales, como los mandos medios y operativos, en quienes se sostienen las operaciones de las empresas. Es importante recordar que la percepción de perder el trajo o el desempleo, es un factor de riesgo determinante para problemas psicológicos. Un contexto laboral adverso u hostil o el trabajo en condiciones de relativo riesgo, como una pandemia, puede ocasionar problemas de salud tanto físicos como psicológicos, puede generar violencia familiar (especialmente dirigida a las mujeres y niños), incrementar en el consumo de alcohol y drogas, baja en la productividad laboral, suspensiones laborales y malas relaciones humanas en el contexto laboral.
Actualmente las empresas tienen como reto mantener motivados a colaboradores con un mayor nivel de malestar general, viviendo una cuarentena, lidiando con nuevas dinámicas familiares (muchas de ellas disfuncionales), con dificultades de movilidad, preocupados por su futuro y por su estabilidad laboral, con estrés y ansiedad por salir a la calle y estar expuestos al virus, jornadas de teletrabajo largas y difíciles de separar de las actividades familiares. Ahora mismo tenemos que luchar con los efectos de todas estas variables y la productividad está siendo afectada. Por otro lado, sería un error creer que todo regresará a la normalidad cuando la pandemia sea controlada ya que es muy probable que para entonces tengamos colaboradores cansados, desbordados y desmotivados; es importante tomar en cuenta esto puesto que, saliendo de la crisis, viene una etapa fundamental en la cual necesitamos de personas motivadas y empoderadas: la recuperación.

Factores de riesgo de la salud mental
La OMS destaca algunos factores de riesgo para la salud mental en el trabajo, los cuales son considerados determinantes en condiciones regulares y por lo tanto vitales e imprescindibles en un contexto como el actual, donde la humanidad tiene que luchar con una pandemia. Estos factores de riesgo son:
- políticas inadecuadas de seguridad y protección de la salud;
- prácticas ineficientes de gestión y comunicación;
- escaso poder de decisión del trabajador o ausencia de control de su área de trabajo;
- bajo nivel de apoyo a los empleados;
- horarios de trabajo rígidos; y
- falta de claridad en las áreas u objetivos organizativos.
Políticas empresariales para el cuidado de la salud mental
La procuración de la Salud Mental dentro de la empresa es responsabilidad de todos, implica una estrecha cooperación entre directivos, mandos medios y colaboradores. Debe estar enfocado en el cuidado, protección y prevención de los factores de riesgo. Un informe académico (2014), de la Brújula de la Unión Europea para la Actuación en materia de Salud Mental y Bienestar (EU-Compass), advierte que las intervenciones para que sea eficaces deberán tener un triple enfoque:
- proteger la salud mental reduciendo los factores de riesgo relacionados con el trabajo;
- promover la salud mental desarrollando los aspectos positivos del trabajo y las cualidades y capacidades del personal; y
- tratar de solucionar los problemas de salud mental, con independencia de su causa.
El Foro Económico Mundial propone algunas medidas para crear un ambiente de trabajo saludable dentro en las organizaciones:
- tomar conciencia del entorno de trabajo y de cómo se puede adaptar para promover una mejora de la salud mental de los distintos empleados;
- aprender de las motivaciones de los directivos y empleados de la organización que han adoptado medidas;
- no reinventar la rueda y fijarse en las medidas adoptadas por otras empresas;
- conocer las necesidades de cada trabajador y las oportunidades de que dispone, con el fin de elaborar mejores políticas en materia de salud mental en el lugar de trabajo; y
- conocer cuáles son las fuentes de apoyo a las que pueden recurrir las personas para pedir ayuda.
En este contexto las empresas deben tomar medidas inmediatas para promover y desarrollar la resiliencia de sus colaboradores como condición irreductible para sus subsistencias y próxima recuperación

Conclusiones
Al ser este contexto un fenómeno global, de alta trascendencia social y económica, las medidas no pude ser solo paliativos desde la actitud de “esperar a que la crisis pase” para retomar el ritmo habitual. Corresponde adelantarnos y comprender que esta es la nueva realidad, que regresar a un estado anterior (de ser posible) tomará mucho tiempo. Debemos iniciar nuestro proceso de transformación y adaptación dirigido a nuevos modelos de negocio, producción y comercialización de nuestros productos y a los nuevos esquemas de promover y prestar nuestros servicios. La aceptación de esta nueva realidad y este proceso de adaptación es aún más importante en términos personales e individuales. La industria se puede adaptar y resurgir, pero solo a través de la adaptación y resurgimiento de las personas: nuestros clientes/consumidores, pero también nuestros colaboradores. En este contexto las empresas deben tomar medidas inmediatas para promover y desarrollar la resiliencia de sus colaboradores como condición irreductible para sus subsistencias y próxima recuperación.
Contacta con entre-dichos, haz clic acá
