Los padres son usualmente los primeros en reconocer cuando un hijo tiene un problema emocional o de comportamiento. Aun así, la decisión de buscar ayuda o consejo profesional puede ser difícil y dolorosa, pues, en muchas ocasiones, se hace difícil saber en qué momento esto es realmente necesario.
Uno se resiste quizás porque considera que no le van a decir nada nuevo, o que en caso de hacerlo será cómo poner en entredicho su capacidad, como padre o adulto, de resolver determinado problema. Sin embargo, pedir ayuda, no sólo como padre, sino también desde cualquier rol o situación que la vida nos plantee, es una actitud de lo más madura y consciente, propia de alguien que usa su decisión y los medios que están a su alcance para afrontar determinada problemática.
Muchas veces no sabemos si es suficiente o no lo que nos está ocurriendo, a nosotros o a nuestros hijos, como para consultar a un especialista. Ese punto o límite es algo totalmente individual y subjetivo, que queda marcado de forma distinta por cada persona.
Sin embargo, hay situaciones objetivas generales, que indican la necesidad de hacerlo:
- Siente que las cosas le superan como padre/madre.
- Su hijo es caprichoso y no sigue las pautas que usted le indica.
- La relación conyugal se ha tornado pobre y no hay un buen clima afectivo.
- Usted ha vivido o está viviendo una crisis importante en la familia: pérdida del trabajo, mudanza de vivienda, cambio de escuela, muerte de un familiar o alguien allegado, una enfermedad grave, separación de su pareja, etc.
- Su hijo tiene problemas en la escuela.
- Su hijo tiene malas relaciones con sus compañeros.
- Usted castiga a sus hijos física y/o emocionalmente.
- Su hijo le castiga a usted física o emocionalmente.
- Su hijo es demasiado activo e inquieto.
- Su hijo está deprimido, ha perdido interés por la vida o ha intentado suicidarse.
- A usted le preocupan demasiado los aspectos de la adopción.
- A su hijo le preocupa demasiado el tema de la adopción y usted no se siente capaz de tranquilizarlo.
- La conducta, personalidad y amistades del niño han cambiado de forma drástica; quizás exista un problema de alcoholismo o drogas.
- Usted no se siente capaz o con fuerzas para encarar determinado problema.
Fuente: http://www.psicologiainfantil.cl/ • Imagen: http://atividadespedagogicasprokeila.blogspot.com/
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